En sistemas complejos donde un producto escala en usuarios y funcionalidades, el rastreo distribuido es esencial para entender el flujo de una solicitud a través de múltiples servicios. Ayuda a que todo el sistema siga funcionando de forma predecible al proporcionar visibilidad sobre cuellos de botella y errores. Esta visibilidad es clave para decidir cuándo desplegar nuevas versiones, hacer un rollback o invertir en capacidad. Se implementa junto con pruebas automatizadas y observabilidad para pasar de la intuición a decisiones basadas en datos.