Inspirado en los compartimentos estancos de los barcos, este patrón de arquitectura de software sirve para aislar elementos de una aplicación en ""piscinas"" de recursos separadas. Si un componente falla, la falla queda contenida en su propio mamparo y no afecta al resto del sistema. Esta técnica es crucial para reducir fallos en cascada y mantener el rendimiento bajo presión en arquitecturas modernas. Permite que el sistema evolucione sin romper la compatibilidad y se basa en contratos claros, timeouts y ""circuit breakers"" para garantizar un aislamiento efectivo.