La optimización de performance web es un conjunto de técnicas enfocadas en acelerar la carga y la interacción inicial de una página, mejorando métricas clave como el TTFB (Time to First Byte) y el FCP (First Contentful Paint). Estrategias como caché HTTP, minificación de archivos, tree-shaking de JS, Critical CSS en línea y prefetch inteligente ayudan a que el contenido llegue más rápido al usuario, incluso en conexiones 4G intermitentes como las que predominan en LATAM. Esto impacta directamente en los Core Web Vitals, mejora la conversión y reduce el bounce rate. Herramientas como Lighthouse o WebPageTest permiten auditar y guiar mejoras continuas para ofrecer una experiencia más ágil, eficiente y accesible.