top of page

Cultura vs. negocio: pertenecer para performar y crecer

Un estereotipo arraigado en la historia de los negocios nos lleva a separar a las personas del negocio: cómo se sienten vs cómo trabajan, su experiencia personal vs los resultados empresariales. Desde esta perspectiva, surge la pregunta clave: ¿quiénes son realmente responsables del éxito y los ingresos de la empresa? Si la estrategia se basa en la acción de las personas y la cultura determina cómo actuamos, entonces estrategia y cultura son uno mismo.


Cultura

La cultura a lo Maslow: como ir desde lo más básico al éxito

 

Aunque no lo crean, existe un paralelismo entre la pirámide de Maslow y la cultura de una empresa ya que todas las personas (y negocios) tienen necesidades básicas, seguridades básicas, necesidades sociales, de estima y de autorrealización. 


¿Cómo traducir esto a una cultura que cuide a las personas para que alcancen el exito? 


1. Las necesidades básicas:

  • Ofrecemos: ¡una buena compensación y un lugar seguro para trabajar!

  • Impacto: menos preocupaciones, más concentración en el trabajo.

2. Un espacio de seguridad:

  • Ofrecemos: estabilidad laboral y oportunidades de crecimiento.

  • Impacto: ¡tranquilidad y metas claras para crecer!

3. Pieza clave del equipo.

  • Ofrecemos: comunidad, team building y reconocimiento.

  • Impacto: un espacio de trabajo genial y compañeros con los que quieres compartir tiempo!

4. Gracias por todo lo que haces. 

  • Ofrecemos: reconocimiento, valoración y responsabilidades interesantes.

  • Impacto: autoestima por las nubes y ganas de darlo todo.

5. Queremos verte crecer. 

  • Ofrecemos: cursos, aprendizajes y desafíos para crecer profesionalmente.

  • Impacto: ¡sensación de realización y un equipo lleno de estrellas!

 

Del dicho al hecho: valores que guíen las acciones. 


Ya quedó claro que la cultura SON las personas y sin ellas no hay negocio posible para hacer crecer (lo decimos nosotros y lo dice Forbes). Ahora bien, si la estrategia de ese negocio se basa en la acción de las personas, ¿cómo aseguramos que ese accionar sea el que esperamos? Y aún más, cómo aseguramos que las personas y talentos claves nos elijan, contribuyan y se sientan orgullosos de nosotros? 


Ahora entran en escena LOS VALORES. Si, ese concepto que aprendemos de todos los blogs de management, escuchamos en todos los discursos corporativos y nos aburrimos de leer en todas las presentaciones de onboarding. 


Eso pasa porque no estamos implementandolos de una manera honesta y realista, sino porque es un deber del ser y parecer. 


En términos concretos, los valores deberían ser el comportamiento real de cualquier equipo, como resultado de lo queremos promover como de lo que ya existe en nuestra cultura. Dicho esto, cuando somos parte de una comunidad que comparte los mismos valores y principios que nosotros, ya sentimos la pertenencia y la afinidad para vincularnos y desenvolvernos mucho mejor en nuestro trabajo. Las personas realmente ELIGEN O DEJAN jefes o ambientes que promueven o no lo que es importante para ellos. 


Ahora si, cómo incorporarlos para que sean una táctica y no un mandato:


Primero, entendamos su impacto:

  • Los Valores tienen que guiar al momento de encarar cada situación, desafío y decisión del día a día. Desde la honestidad hasta la creatividad, ¡si son importantes para nosotros, son válidos!


  • Cultura + Valores = Magia: una cultura con valores claros y tangibles crea un ambiente donde todos remamos hacia el mismo lado y el trabajo fluye al 100%, evitando rispideces y cortocircuitos en la ejecución de nuestro roadmap y estrategia.  


Segundo, arranquemos con el pie derecho:

  • Construcción colectiva: que sean siempre co-construidos con el equipo para que exista un compromiso real. 


  • Valores para el crecimiento a largo plazo: cuando veamos nuestro roadmap y nuestro futuro como empresa, pensemos en que van a necesitar las personas de nuestro equipo para llevarnos a ese norte, que esperamos de ellos y cuáles van a ser las claves de éxito. Esos compromisos y actitudes son los valores que nos van a acompañar en ese crecimiento. 


Tercero, facilitemos la experiencia y la adopción:

  • Hay que integrarlos en nuestros procesos: No alcanza con incluirlos en un handbook o en una presentación, necesitamos hacerlos valer en las entrevista, los procesos de performance, los reconocimientos, las reuniones semanales … vivirlos en todo momento.  


  • Hay que integrarlos en todo: Desde las interacciones en la oficina o en una reunión remota hasta la toma de decisiones clave, los valores deben estar presentes. Es importante que guíen el criterio sobre cada acción que impacte en nuestra cultura y nuestro negocio. 


  • Hay que iterarlos para que sean útiles: Revisar y ajustar es parte del proceso. Escuchar a tu equipo y adaptar los valores según las necesidades no es un error sino un logro. Si la cultura y la empresa no son estáticas, nuestros valores tampoco. 


Conclusión


La cultura de una empresa no solo afecta el resultado de una encuesta de clima o el rating en Glassdoor, sino que también la productividad, el rendimiento financiero, la innovación y la capacidad de atraer y retener talento. Por lo tanto, una cultura real con valores creados a conciencia es esencial para impulsar el crecimiento y el éxito a largo plazo de cualquier negocio.


Al alinear nuestra cultura con las necesidades humanas de nuestro equipo, no solo creamos un ambiente de trabajo que las personas amen, sino que también la sustentabilidad de la empresa. 


Recordemos que detrás de cada persona hay aspiraciones, ambición, ideas, necesidades y deseos de crecimiento. Al entender y atender estos aspectos, construimos un equipo y un negocio más sólido, valioso y exitoso. 

image.png

¿Querés leer más contenido como este?

Suscribite a nuestro newsletter para recibir mensualmente contenidos novedosos, noticias del sector tecnológico y búsquedas laborales destacadas.

bottom of page