Una API es como un puente que conecta diferentes aplicaciones para que puedan comunicarse entre sí sin problemas. Funciona como un conjunto de reglas y herramientas que permiten a los desarrolladores integrar funciones de otros servicios en sus propias aplicaciones sin necesidad de conocer su código interno. Por ejemplo, cuando inicias sesión en una app con tu cuenta de Google o Facebook, eso sucede gracias a una API. En el desarrollo de software, las APIs son clave para la interoperabilidad, automatización de procesos y creación de aplicaciones más flexibles y escalables.