Una API Gateway es como el portero inteligente de tu arquitectura: centraliza todas las llamadas que llegan desde los clientes hacia tus microservicios. En lugar de que cada frontend hable directamente con múltiples servicios (y se complique la vida), la gateway actúa como una única entrada, manejando autenticación, limitación de tasa (rate limiting), caching de respuestas, logging, transformación de payloads y más. También permite versionar rutas y ocultar cambios internos sin romper apps móviles ni frontends antiguos. Herramientas populares como Kong, Amazon API Gateway o Apigee hacen este trabajo de forma eficiente, ayudando a mantener un ecosistema ordenado, seguro y fácil de escalar.