API-first es una filosofía de desarrollo en la que se diseña y define la API antes de escribir una sola línea de lógica de aplicación. Usando estándares como OpenAPI (para REST) o AsyncAPI (para eventos), se crea un contrato claro que sirve como punto de partida para todo el equipo. Esto permite mockear endpoints desde el día uno, paralelizar el trabajo entre front-end y back-end, y hasta generar automáticamente documentación, SDKs o tests. Además, promueve la gobernanza, previene el temido API drift (cuando el código se aleja de lo documentado) y es clave para mantener la coherencia en ecosistemas complejos y distribuidos. En resumen: si tu API es el producto, mejor diseñarla como tal desde el comienzo.