La defensa de marca es la estrategia que busca convertir a los clientes satisfechos en verdaderos embajadores de la marca. Esto significa que, tras vivir una experiencia positiva, los clientes se sienten tan identificados y contentos con el producto o servicio que lo recomiendan activamente a sus amigos, familiares y redes sociales. En el sector tecnológico, donde la competencia es alta y la confianza del consumidor es crucial, fomentar la defensa de marca puede marcar una gran diferencia en el crecimiento orgánico. Las empresas impulsan esta estrategia mediante programas de fidelización, incentivos, testimonios y contenido que resalta los valores de la marca. Así, no solo se atrae a nuevos clientes, sino que se construye una comunidad comprometida que ayuda a difundir el mensaje de la empresa de forma natural y auténtica, generando confianza y credibilidad en el mercado.