Es un tipo especial de hashing que minimiza la cantidad de claves que necesitan ser reubicadas cuando se añade o elimina un nodo de un clúster. A medida que un ecosistema de servicios se multiplica, ayuda a que todo siga funcionando de forma predecible, especialmente en cachés distribuidas o bases de datos NoSQL. Evita cuellos de botella y sorpresas al escalar, ya que el impacto de un cambio en el clúster es mínimo. Su efectividad se mide a través de la latencia y la tasa de errores del sistema durante eventos de escalado.