Es el marco para analizar qué puntos de contacto o canales de marketing reciben crédito por una conversión. En el crecimiento moderno, evita la intuición y pone números sobre la mesa, yendo más allá del simple ""último clic"". Ayuda a los equipos a entender cómo diferentes canales trabajan juntos en el viaje del cliente, permitiendo optimizar la inversión. Se enfoca en la retención y en un Costo de Adquisición de Clientes (CAC) eficiente, conectando el valor del producto con los mensajes que realmente resonaron con el usuario.