Actúan como el traductor universal entre el lenguaje humano y el lenguaje matemático de los modelos de IA. Son representaciones numéricas (vectores) de palabras, frases o incluso conceptos complejos, y funcionan como un puente entre lo que el usuario necesita y lo que el modelo ""entiende"". Su calidad es fundamental para la precisión de cualquier sistema de IA conversacional o de búsqueda. En la práctica, se combinan con RAG y validadores para asegurar que la información recuperada sea la más relevante, convirtiendo buenas intenciones en un sistema que escala y aprende.