Un sistema resiliente es aquel que, ante una falla, sigue funcionando o se recupera rápidamente. La resiliencia se logra con redundancia, balanceo de carga y planes de contingencia. Es como un puente con múltiples soportes: si uno falla, los demás sostienen la estructura. Empresas como Netflix diseñan sus sistemas para resistir fallos sin que los usuarios lo noten.