La mutation testing es una técnica avanzada que evalúa la calidad real de tu suite de tests introduciendo pequeños errores deliberados —llamados mutantes— en el código. La idea es simple: si tus tests no detectan que algo se rompió, probablemente no están validando lo que deberían. A diferencia de la cobertura de código tradicional, que solo mide qué líneas se ejecutan, el mutation testing mide si los tests pueden romper cuando el comportamiento cambia. Herramientas como Stryker (para JavaScript) o PIT (para Java) revelan falsos positivos, tests superficiales o innecesarios, y te obligan a escribir pruebas que realmente validen lógica de negocio. Es como someter tus tests a un crash test para ver si sobreviven.