La Integración Continua (CI) es una práctica fundamental del desarrollo moderno donde los cambios de código se integran de forma frecuente al repositorio principal. Cada push activa automáticamente una serie de validaciones: tests, análisis estático, linting, y más. Herramientas como GitHub Actions, Jenkins o CircleCI se encargan de orquestar ese proceso. ¿El beneficio? Detectás errores temprano, evitás sorpresas al hacer merge y generás artefactos listos para producción sin mover un dedo. Al automatizar estos pasos, se mejora la estabilidad del proyecto y se libera tiempo para enfocarse en lo que realmente importa: construir software de calidad.