La optimización de costos cloud es el arte de reducir la factura de tu infraestructura sin comprometer el rendimiento ni frenar la innovación. Involucra tácticas concretas como usar instancias spot o reservadas, aplicar autoscaling, hacer right-sizing (ajustar tamaño de recursos al uso real), y hasta apagar ambientes de dev o QA por la noche. Además, herramientas de FinOps y modelos de ML pueden predecir consumo futuro, identificar patrones de sobreprovisión y aplicar políticas automáticas para eliminar recursos huérfanos que siguen facturando sin hacer nada.
El objetivo final es claro: pagar solo por lo que realmente genera valor, liberando presupuesto para lo que sí importa —como experimentar, lanzar nuevas features o escalar tu producto sin miedo al invoice. Porque optimizar no es recortar a ciegas: es gastar con inteligencia.