Es la capacidad de un modelo de IA para recordar información de conversaciones pasadas a lo largo del tiempo, más allá de la ventana de contexto inmediata. Esto permite interacciones mucho más personalizadas y coherentes. Se implementa combinando los datos de la conversación actual con información relevante almacenada en una base de datos externa (generalmente vectorial). La clave para su éxito es medir constantemente la precisión con la que se recupera y utiliza esa memoria para enriquecer la conversación actual.